Los abundantes beneficios de las vitaminas del grupo B
Evite la hinchazón, potencie su cerebro y diga adiós al estrés gracias a los numerosos beneficios de las vitaminas liposomales del grupo B.
En el pasillo de suplementos de su tienda de alimentación saludable de referencia probablemente encontrará una selección de vitaminas del grupo B camufladas entre una variedad de productos recomendados para potenciar la energía.
No sería descabellado pensar que no tienen ninguna otra indicación, aunque en realidad ofrecen muchos beneficios para la salud.
Además de ayudar al organismo a convertir combustible en energía, también tienen un papel importante en numerosas funciones esenciales. Las vitaminas del complejo B son vitales, tanto para ayudar al organismo a utilizar grasas y proteínas de manera eficiente como para mantener la digestión, el corazón, la piel, las articulaciones y el sistema nervioso sanos y completamente operativos.
B de buenas contra la hinchazón
La acción conjunta de las vitaminas del grupo B favorece el correcto funcionamiento del sistema digestivo. La vitamina B3 (niacina), por ejemplo, es necesaria para la metabolización de los alimentos, la producción de jugos gástricos y la secreción de bilis, que son esenciales para la digestión de las grasas. Su déficit podría provocar diarrea, indigestión o falta de apetito.
La vitamina B1 (tiamina) también participa en la producción de los ácidos del estómago y en el tono muscular de los intestinos. Un nivel bajo de ácidos estomacales podría dar lugar a una desagradable hinchazón, gases y movimientos intestinales. La vitamina B2 (riboflavina) potencia las membranas mucosas del intestino, mientras que la vitamina B5 (ácido pantoténico) favorece el tránsito intestinal.
Por último, la vitamina B12 (metilcobalamina y cobalamina) es importante para fortalecer el tejido nervioso. Una carencia de esta vitamina B podría reducir el número de mensajes enviados al sistema gastrointestinal, lo que pondría en peligro la digestión y provocaría estreñimiento e irregularidades intestinales.
B de buenas para el cerebro
Si pensamos en la cantidad de funciones que realiza el cerebro, no es de extrañar que se necesiten todas las vitaminas de tipo B para mantenerlo en perfecto estado.
Conservar la función cognitiva, la motivación y el estado de ánimo, al tiempo que se reducen las probabilidades de padecer Alzheimer, requiere una buena combinación de vitaminas B6 (piridoxina), B12, B3, B1 y ácido fólico. Los avances en la investigación han identificado que estas vitaminas concretas del grupo B son la clave para reducir la tasa de deterioro cognitivo y evitar la depresión.
Los estudios han determinado que la salud y función de los neurotransmisores dependen de la vitamina B12, que conserva la capa de mielina que recubre los nervios. Cuando esta se reduce, el sistema nervioso no es capaz de enviar y recibir mensajes de manera tan eficiente, por lo que se resienten la concentración, la memoria y las funciones motoras.
El cerebro depende de la glucosa (su combustible preferido) que se obtiene de la metabolización de carbohidratos, una conversión que es posible gracias a la tiamina. Un déficit grave de tiamina puede provocar confusión mental, mala memoria y depresión.
El ácido fólico también puede influir en el estado de ánimo pues los estudios demuestran que las personas que sufren de depresión presentan niveles bajos de ácido fólico en el organismo.
B de buenas para el corazón
Las enfermedades coronarias destacan como la causa más frecuente de muerte antes de los 65. Por eso, es natural preocuparse por la salud de nuestro corazón a medida que pasan los años. ¿Y en qué pueden ayudar las vitaminas del complejo B?
Son cada vez más los estudios que indican que unos niveles elevados de homocisteína en plasma son un importante indicador de riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Así pues, es esencial mantener unos niveles adecuados de homocisteína para reducir dicho riesgo.
Las concentraciones de homocisteína vienen determinadas en gran medida por los niveles de vitaminas del grupo B (B6, B12 y ácido fólico) en el organismo. Además, se cree que la vitamina B5 disminuye la presencia de grasas en la sangre, lo que favorece la reducción de los niveles de colesterol LDL (malo) y el aumento del colesterol HDL (bueno).
También se ha descubierto que la vitamina B3 aumenta los niveles de colesterol HDL y reduce el riesgo de padecer aterosclerosis (endurecimiento de las arterias), que puede derivar en infartos.
B de buenas contra el estrés
Las vitaminas del grupo B son un cofactor esencial de ciertas enzimas que participan en la producción de hormonas suprarrenales. Dichas hormonas son las encargadas de regular muchos procesos del organismo, y además ayudan a adaptarse al estrés y a gestionar la ansiedad.
La respuesta suprarrenal al estrés provoca una aceleración del metabolismo de las células, lo que aumenta la cantidad de nutrientes necesarios y puede provocar carencias. Según la investigación, el estrés crónico agota las reservas de vitamina B6, por lo que tomar un suplemento para mantener unos niveles adecuados puede ser una buena opción en términos terapéuticos.
Sin embargo, no se debe subestimar el valor de otras vitaminas del grupo. Cada una de las vitaminas que forman parte de la formulación de un suplemento de complejo B tiene un efecto esencial sobre la función suprarrenal y todas ellas son igual de importantes a la hora de facilitar una correcta respuesta al estrés.
Las vitaminas B3, B5 y B6 se emplean en la producción hormonal, mientras que el resto de vitaminas B contribuyen a generar energía. Son mucho más efectivas si trabajan en grupo que si lo hacen de manera individual.
B de buenas para las articulaciones
Los estudios han indicado que la vitamina B3 tiene propiedades antiinflamatorias que podrían ofrecer protección frente a síntomas de la artritis y evitar la necesidad de consumir medicamentos antiinflamatorios.
Además, la vitamina B5 puede resultar de ayuda para aquellos que padecen artritis reumatoide ya que se ha descubierto que sus niveles de esta vitamina en sangre son inferiores a los de las personas sanas.
Los científicos han descubierto que cuanto más bajos sean los niveles de vitamina B5, más extremos serán los síntomas. Otros estudios han revelado que la vitamina B5 puede mejorar la rigidez matutina y el dolor asociado a la artritis reumatoide.
B de buenas para la vista
Con el paso del tiempo, la salud visual puede deteriorarse y provocar miopía, cataratas o degeneración macular relacionada con la edad (AMD), lo que en última instancia puede derivar en pérdida de visión. Por suerte, la vitamina B2 (riboflavina) también actúa conjuntamente con otros nutrientes para favorecer una buena visión.
Los estudios llevados a cabo con animales determinaron que las ratas alimentadas con una dieta pobre en riboflavina desarrollaron cataratas, mientras que otros estudios han llevado a otros investigadores a la conclusión de que la carencia de riboflavina también puede contribuir a la ceguera nocturna.
Un importante estudio desarrollado en Australia reveló que los hombres y mujeres mayores de 49 años con una ingesta elevada de riboflavina tenían un 50% menos de probabilidades de desarrollar cataratas relacionadas con la edad.
Otras vitaminas del grupo B también se han señalado como necesarias para favorecer la salud visual. Los resultados de un ensayo de gran envergadura demostraron que las mujeres que tomaron una combinación de ácido fólico, vitamina B12 y vitamina B6 a diario tenían un riesgo menor de desarrollar AMD.
Por todo ello, si desea evitar la hinchazón, potenciar su cerebro, controlar el estrés y gozar de una visión inmejorable, las vitaminas liposomales del grupo B son lo que necesita.
Un suplemento liposomal de primera categoría, como Vitamin B and Mineral Complex de Altrient, ofrece todas las vitaminas del grupo B y minerales esenciales, entre ellos zinc, selenio y cromo para un mayor beneficio.
La avanzada tecnología liposomal de Altrient asegura la máxima absorción, para que los nutrientes lleguen hasta las células que más los necesitan.
Jackie Newson BSc (Hons) – Terapia nutricional
Referencias:
Billings, C. et al. Reducing occupational stress with a B-vitamin focussed intervention: a randomized clinical trial: study protocol. Nutr J. 2014; 13: 122.
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Hoey, L. et al. B-vitamin intake and biomarker status in relation to cognitive decline in healthy older adults in a 4 year follow up study. Irlanda del Norte
Powers, H. J. Riboflavin B2 and health. Am J Clin Nutr 2003;77:1352–60
Wilson, J. (2007). Adrenal Fatigue. Smart Publications: EE. UU.