Autismo: ¿pueden el glutatión y la vitamina C marcar la diferencia?
Autismo: ¿pueden el glutatión y la vitamina C marcar la diferencia?
El autismo ha sido objeto de amplios y cada vez más frecuentes estudios que indican que ciertos nutrientes, como el glutatión y la vitamina C, podrían resultar de utilidad para afrontar algunos de los problemas asociados a este complejo trastorno.
¿Qué es el autismo?
Seguramente habrá oído hablar del autismo, pero quizás desconozca el alcance real en la vida de quien lo padece. El autismo es cada vez más frecuente y se estima que un 1% de la población mundial lo sufre.
El trastorno del espectro autista (TEA) es un complejo trastorno del desarrollo que afecta a la capacidad de una persona a interactuar socialmente y a comunicarse con los demás, lo que le provoca consecuencias de por vida.
Suele manifestarse durante la niñez y se caracteriza por una serie de conductas. Afecta de manera y en grado diferente a cada individuo, de ahí que se hable de "espectro".
Trastornos habituales asociados al espectro autista
- Retraso en la adquisición del lenguaje
- Dificultad para establecer contacto visual
- Dificultad para mantener una conversación
- Falta de interés en entablar amistades
- Retraso en las habilidades motoras
- Movimientos repetitivos
- Fijación por los objetos
- Falta de juego espontáneo o de simulación
La agresividad, la ansiedad, el insomnio, los problemas gastrointestinales y la hiperactividad también suelen están asociados al TEA. Una persona que padezca autismo puede presentar muchos de estos síntomas y comportamientos o bien solo unos pocos.
Por desgracia, todavía no se ha descubierto un tratamiento efectivo en niños, aunque los estudios revelan que el creciente conocimiento sobre el tema, unido a un diagnóstico precoz y a un plan de intervención conductual, puede dar lugar a mejoras significativas.
Causas
A pesar de décadas de investigación del TEA, todavía hay poca información sobre la causa de este complejo trastorno y los limitados tratamientos existentes. Actualmente se piensa que existen varias posibles causas, pero lo que sí es seguro es que hay varios factores implicados.
Se cree que tanto el componente genético como el medioambiental influyen en la evolución del TEA, así como la disfunción inmunitaria y el factor toxicológico. También hay ciertos indicios que sugieren que la alteración de la correcta función gastrointestinal, frecuente en niños con autismo, puede contribuir o incluso ser la causa de algunos de los síntomas.
Lo que está claro es que sería difícil aislar un único factor como causa de este trastorno y, por lo tanto, si tiene a cargo a una persona con autismo, es recomendable que aplique un enfoque multidisciplinar y holístico al problema.
Si prefiere los tratamientos convencionales, su médico de cabecera probablemente le recomendará una combinación de terapia conductual y dieta, complementada con medicamentos antipsicóticos. Sin embargo, debe saber que estos medicamentos solo tratan algunos síntomas tales como la irritabilidad y no tienen efecto sobre los síntomas de base.
Además, suelen provocar importantes efectos secundarios como aumento de peso y somnolencia. La diabetes tipo 2 es otro riesgo indeseable asociado al consumo de antipsicóticos.
Afrontar la complejidad que rodea a este trastorno suele plantear un reto emocional y provocar estrés, algo que empeora debido a los limitados tratamientos y a la falta de apoyo.
Cada vez son más las familias que recurren a terapias de medicina complementaria y alternativa con resultados positivos, a pesar de los escasos estudios disponibles.
Sin embargo, se acumulan las pruebas de que algunas terapias de medicina complementaria y alternativa pueden ayudar a mejorar ciertas anomalías fisiológicas asociadas al autismo.
Los recursos que reducen factores como el estrés oxidativo, la disfunción inmunitaria, la inflamación y la exposición a toxinas medioambientales pueden mejorar significativamente los síntomas de base.
Un enfoque centrado en estos síntomas, que combine terapias de medicina complementaria y alternativa seleccionadas y tratamientos convencionales, abre la posibilidad de recuperar un estado de salud y un nivel de funcionalidad óptimos.
Enfoques de la medicina complementaria y alternativa sobre el autismo
Este es un repaso de algunas de las terapias existentes de medicina complementaria y alternativa. No se trata de una lista exhaustiva pues puede haber otros tratamientos válidos que hayan sido objeto de estudio o que actualmente se estén investigando.
Dietas sin caseína y gluten
Los niños con TEA parecen mostrar mejoras de comportamiento cuando siguen una dieta sin las proteínas caseína y gluten.
La teoría es que algunos niños con TEA son incapaces de descomponer las proteínas de los alimentos que contienen gluten y caseína.
Dichas proteínas son dos frecuentes alérgenos y se han asociado a efectos adversos en el cerebro debido a los péptidos con efecto opioide presentes en ellas.
Los ensayos hasta la fecha han aportado pocas pruebas de un beneficio real de este tipo de dieta, aunque sigue siendo objeto de estudio.
Terapia de la dieta
Los niños con TEA suelen tener intolerancia a una amplia variedad de alimentos, así como a aditivos alimentarios y a alimentos con un alto contenido en salicilatos, fenoles y oxalatos.
La posibilidad de realizar ajustes en la dieta merece la pena ser investigada pues puede aportar un alivio rápido a muchos síntomas gastrointestinales asociados frecuentemente al TEA.
A la hora de llevar a cabo cambios de alimentación, es esencial que no restrinja la dieta de un niño hasta tal punto que puedan provocarse deficiencias nutricionales.
Se recomienda consultar a terapeuta nutricional para obtener consejo profesional.
Ácidos grasos omega 3
Es un hecho ampliamente aceptado que los ácidos grasos contribuyen al desarrollo y buen funcionamiento del cerebro. Estos beneficios también están asociados a algunos síntomas menores relacionados con el autismo tales como la hiperactividad y el comportamiento repetitivo. Asimismo, algunos estudios han demostrado una mejora en las capacidades de socialización.
Melatonina
El insomnio es frecuente entre los niños que con TEA, pues más de la mitad padecen alteraciones del sueño. La melatonina se produce en el cerebro y ayuda a regular el ciclo de sueño-vigilia. Cada vez son más las pruebas que sugieren que los suplementos de melatonina por la noche pueden ayudar a los niños con autismo a conciliar el sueño.
Terapia del tacto
Ciertos ensayos han identificado los beneficios de la terapia del tacto y los masajes. Se ha registrado la incidencia de menos síntomas tras un tratamiento con este tipo de terapia.
En concreto, el masaje Qigong ha revelado varias mejoras, incluido un mejor desarrollo del lenguaje y mejoras en el comportamiento, las habilidades motoras y la función sensorial.
Terapia con música, animales y arte
Se cree que todas estas terapias aportan al niño autista la oportunidad de desarrollar sus habilidades sociales y comunicativas al poner a su disposición herramientas para expresar sus sentimientos sin la necesidad de emplear el lenguaje convencional.
Algunos estudios centrados en la terapia con música han revelado que reduce los síntomas del TEA y que puede ayudar a desarrollar las capacidades del habla y el lenguaje.
Aunque son pocos los estudios científicos que respaldan los beneficios de estas terapias, ciertas evidencias parecen sugerir que las habilidades de comportamiento y comunicación de los niños con TEA mejoran.
Tratamientos innovadores
Algunos estudios han mostrado recientemente unos resultados prometedores en relación al consumo de glutatión y vitamina C. Cada vez es mayor el interés por estos nutrientes debido a sus efectos beneficiosos sobre algunos de los procesos subyacentes que dan lugar a los síntomas del TEA.
Tienen la ventaja añadida de ser seguros y de presentar un alto nivel de tolerancia, por lo que merece la pena probarlos como parte de un tratamiento de amplio alcance.
Suplementos de glutatión
Cada vez son más los indicios que señalan que el estrés oxidativo es un factor influyente en el desarrollo del TEA. El estrés oxidativo se refiere a un desequilibrio entre la generación y la eliminación de sustancias asociadas al daño celular.
Las interacciones entre el sistema digestivo, el cerebro y el sistema inmunitario son complejas y extremadamente sensibles al estrés oxidativo y al daño provocado por las sustancias tóxicas.
Aunque estos metabolitos tóxicos tienen lugar como parte de procesos fisiológicos normales, si no se eliminan correctamente pueden acumularse y causar daños.
En niños con autismo, se ha comprobado la presencia de niveles muy elevados de estrés oxidativo. Además, cuanto más alto sea el estrés oxidativo, más graves son los síntomas.
Es posible contrarrestar el estrés oxidativo con ayuda de antioxidantes. En particular el glutatión, que es un antioxidante de peso y desempeña una función esencial de protección de las células del cerebro y del sistema nervioso central frente a las toxinas.
Unos niveles bajos de glutatión pueden afectar sustancialmente a la capacidad del cuerpo de eliminar metales pesados, que se han relacionado con la incidencia del TEA.
Son numerosos los estudios que han revelado la existencia de niveles plasmáticos de glutatión bajos en personas que padecen TEA. Otros datos indican que el TEA está relacionado con una deficiencia en los sistemas de defensa basados en glutatión en ciertas regiones del cerebro.
Dado que los niños con TEA suelen tener restricciones en la dieta y comen una variedad limitada de alimentos, el aporte de suplementos puede ser una buena opción. Los padres pueden estar tranquilos ya que los suplementos con glutatión son seguros y presentan un alto grado de tolerancia, además de haber demostrado que mejoran los síntomas al reducir el impacto del estrés oxidativo.
Sin embargo, el glutatión estándar por vía oral no se absorbe correctamente. Los estudios han revelado que tomar glutatión encapsulado en liposomas es un método mucho mejor, la sustancia se absorbe rápidamente y el cuerpo la utiliza de manera más efectiva.
Suplementos de vitamina C
La vitamina C desempeña numerosas funciones de vital importancia para el organismo y contribuye a una serie de vías metabólicas. En tanto que cofactor en la producción de neurotransmisores, es importante para la salud cerebral, al tiempo que es conocida por su función antioxidante y por potenciar el sistema inmunitario, dos factores que se cree que participan en el desarrollo del TEA.
Un pequeño estudio reveló prometedores resultados para este conocido antioxidante. Se comprobó que, en comparación con la toma de un placebo, el consumo de vitamina C reducía significativamente los comportamientos típicamente asociados al TEA tales balanceos, sacudidas, oscilaciones y zarandeos.
Además, no se registraron efectos adversos. La vitamina C generalmente no presenta riesgos y el organismo la tolera bien si se toma la dosis recomendada dentro de una dieta adecuada.
Recuerde
Antes de comenzar con una terapia, asegúrese de que no presenta riesgos y háblelo con su médico de cabecera. Adopte un enfoque que se adecúe al caso de su hijo o hija, y céntrese en ajustar un aspecto de cada vez para poder ir midiendo los resultados.
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Jacqueline Newson, BSc (Hons) – Terapia nutricional